Lograr que la clase esté en calma no es un asunto sencillo para los profesores, principalmente cuando tienen en el aula a niños muy pequeños. Pero aunque lo tradicional era que los profesores en dichos casos mandaran callar y permanecer en un silencio estricto, hoy en día esto no está demasiado aceptado y existen otras técnicas mucho más atractivas que se pueden poner en práctica para la obtención de los mismos resultados. Y es que, en realidad no es normal que un niño esté completamente en silencio cuando es pequeño, ya que se encuentra en un momento clave del desarrollo del lenguaje en el que cada vez adquiere mejores herramientas de comunicación y mayores habilidades sociales, por lo que detener este proceso natural no resulta del todo lógico.
Pero en lo que seguro estaremos de acuerdo es en que tiene que haber algo de orden y respeto a las normas en un aula para poder crear un adecuado ambiente de aprendizaje, así que toda aquella técnica original y efectiva puede ser bienvenida. Por eso, nuestro objetivo con este artículo es ayudarte a lograr que la clase esté en calma cuando toque dar los contenidos preparados y parezca imposible, pero de una forma más original y positiva. ¿Comenzamos?
Ideas para conseguir la calma en el aula
- Establecer normas
Los niños deben aprender en la escuela a seguir normas y a respetarlas, ya que esa es la forma en que se integrarán mejor en la sociedad. También deben aprender que el hecho de no seguir normas tiene unas consecuencias y que hay que asumirlas. Pero, para que esto sea un sano proceso, los maestros deben explicar las normas a seguir y el porqué de dichas normas, siempre pensando en el bien de los alumnos. Las consecuencias también deben ser claras y no flexibilizarlas para ganarse el respeto de todos. Algunas normas podrían ser, por ejemplo, respetar el turno de palabra, mantener un tono de voz adecuado, no gritar, mirar fijamente a la persona que habla…, entre otras.
- Tener en cuenta la necesidad de comunicación de los niños
Los niños tienen una necesidad de comunicarse desde que aprenden a hablar, incluso cuando llegan a la adolescencia la comunicación es el medio que utilizan para su proceso de autoafirmación. Por eso no se debe pretender que estén silencio durante toda la clase, porque además de frustrante debido a que no será sencillo lograrlo, es contraproducente para su desarrollo. Por eso es necesario crear espacios de desahogo en los que puedan comunicarse con libertad, como por ejemplo un rincón de lectura colectiva o un espacio de debates.
- Prepararse para el silencio
No es fácil hacer regresar a los niños de la charla al silencio, y por eso hay que contar con algunos métodos eficaces para hacerlo. Uno de estos métodos es a través del dibujo o del juego, que veremos más adelante, pero también de la música. Para los niños más pequeños resultan ideales las melodías clásicas, como la primavera de Vivaldi, una canción instrumental que sigue estando de plena actualidad para conseguir un buen nivel de relajación en el alumnado al tiempo que se estimula la imaginación y los pensamientos positivos. La música clásica dispone de muchos temas que pueden llamar la atención de los niños y que sirven para bajar el ritmo dinámico que haya justo previamente a ese momento. Cualquier canción que logre estos dos efectos es muy buena, y si además fomentamos el interés por la cultura y los tesosros de la música, mucho mejor. Si los niños son más mayores se pueden emplear estrategias de autorregulación mostrándoles indicadores concretos como: respiración pausada, sentarse, cerrar los ojos, etc.
- Cantar canciones
Aunque resulte paradójico, no siempre el silencio es la clave para que una clase vuelva al orden, y también puede emplearse la música para el mismo cometido en forma de canciones con letra, especialmente en los grupos de niños más pequeñitos. Si ves que los alumnos son incapaces de mantener la atención o que están cansados, y por eso no son capaces de estar en calma, desconecta cinco minutos (o hazlo al principio o al final de la clase para relajar) y utiliza canciones como “Incy Wincy araña” o “Chuchuwa”. Con esta técnica los niños entenderán que se trata de una pausa y encima la acogerán de muy buen grado porque les resultará muy divertida.
- Moverse por la clase
Al igual que la música y las canciones, moverse por la clase haciendo determinadas posturas y ejercicios puede ser una excelente alternativa al silencio tradicional, y mucho más atractiva. Existen numerosas dinámicas disponibles para que los niños realicen movimientos y se liberen de la tensión. Escoge alguna melodía con ritmo y ve marcando los movimientos que habrá que realizar: saltar a la pata coja, saltar a la pata coja tocándose con la mano contraria una oreja, cerrar los ojos y abrirlos para aplaudir todos a una, utilizar hula-hoops…etc.
- Un rincón tranquilo
Esta estrategia está especialmente diseñada para esos momentos en los que se trata de un único alumno, y no de todo el conjunto de la clase, quien ha perdido los nervios o no es capaz de permanecer en calma y atender debidamente. Para crear este rincón deberás elegir una zona de la clase que se encuentre alejada de todo lo demás, especialmente de las luces más fuertes, y llenarla de elementos que estén relacionados con el descanso y no solo de manera literal, por ejemplo, cojines, una colchoneta de piscina, unos auriculares con música relajante, marionetas, libros, ambientadores…de esta forma el niño que tenga que permanecer un rato en el lugar tranquilo entenderá que debe calmarse pero de una forma positiva y no relacionada con el castigo y la penalización más estricta.